El remedio para la «España vaciada»: llenarla de megas de conectividad
La pandemia global del COVID-19 ha revolucionado la forma en que trabajamos y nos comunicamos, llevando al teletrabajo a convertirse en una opción real en todo el mundo (a pesar de noticias que van en otro sentido).
Este cambio ha tenido un impacto significativo en la elección de las personas por alejarse de las ciudades y vivir en zonas rurales, alejándose de los costes y molestias de las ciudades en busca de un estilo de vida más tranquilo y en contacto con la naturaleza.
Sin embargo, este deseo de escapar de las urbes y establecerse en el campo ha estado limitado durante mucho tiempo por la falta de acceso a internet de alta velocidad, una necesidad básica en la era digital.
Afortunadamente, la creciente demanda de teletrabajo ha impulsado una mayor atención hacia la conectividad en áreas rurales, abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo de Internet de alta velocidad en el campo. La conectividad se ha convertido en una pieza clave en la toma de decisiones de muchas personas que ahora buscan combinar el trabajo remoto con la calidad de vida que ofrece el entorno rural.
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