Arriesgando las fichas

Un día hace muchos años, me contaron una historia. La persona que me la contó, me advirtió: “no espero que la entiendas, solo que la recuerdes”.

No me dijo nada más. No me explicó los motivos ni los porqués. Tampoco entiendo por qué motivo, aun cuando no presté demasiada atención en ese momento; recuerdo perfectamente la historia. Es más, cada día que pasa se me hace más presente.

Sin mayor ambición que la persona que me la contó, antes de contártela, yo vuelvo a pedirte…

No espero que la entiendas, solo que la recuerdes.

Al igual que nacemos con dos manos, dos piernas y demás órganos; todos nacemos con algunas fichas de mucho valor. Algunas pocas heredadas, pero la mayor parte nace con nosotros.

A medida que vamos creciendo, la vida nos pone a prueba constantemente. Si ganas, obtienes más fichas. Si pierdes, debes pagar con las tuyas.

Muchas personas, con pocas fichas, temen apostar por miedo a perder. Aún sabiendo las respuestas y conociendo el camino, no apuestan sus fichas.

Los más atrevidos, arriesgan su respuesta ante la mirada atónita de aquellos que también la saben pero son incapaces de contestar o actuar.

Para aquellos que han ganado muchas fichas a lo largo del tiempo, las decisiones se hacen mucho más fáciles. Saben que aun perdiendo, tienen muchas fichas para seguir su camino. Su valor para arriesgar antes es lo que les ha dado la tranquilidad ahora.

Los otros, pasan así sus días. Sabiendo todas las respuestas, mantienen sus fichas a buen recaudo. No pierden. Pero tampoco ganan.

Si quieres tranquilidad, no apuestes tus fichas. Ahora, si quieres crecer y avanzar, la única forma de hacerlo es arriesgando tus fichas.

En el contexto en el que vivimos, se hace muy tentador guardar nuestras fichas hasta que «todo pase», pero quizá sea esa la peor decisión que puedas tomar. Porque puede que todo esto no pase, que tarde mucho tiempo en pasar. O peor, que otros, aun teniendo la misma incertidumbre, se hayan atrevido a apostar y salgan de esta situación mucho más fortalecidos que tú.

Existen muchos estudios que demuestran con datos que las empresas que siguen invirtiendo en marketing y publicidad en tiempos de crisis, son las más beneficiadas cuando las crisis pasan. Porque todas las crisis pasan. Y esta también pasará.

No te pido que lo entiendas, solo que lo recuerdes.