La leyenda del orfebre y el aprendiz. Una lección que a veces duele
Parece mentira, pero hace 10 años el mes que viene que terminé mi carrera. En la querida y odiada Universidad de Buenos Aires.
Cuando ahora tengo oportunidad de dar clases o talleres e instintivamente me vienen a la cabeza lecciones de algunos (pocos) de mis docentes, no puedo sino dar gracias por la calidad humana y profesional de aquel selecto grupo de personas que, contra viento y marea, y muchas veces pagando la gasolina de su bolsillo, se cruzaba toda la ciudad de Buenos Aires para darnos clase.
Una de esas enseñanzas es la que nos contó una vez debido a una discusión sobre las tarifas de publicidad en televisión, un profesor de marketing. Todavía obviamente no existían las redes sociales, ni nada que se le parezca.
Sin embargo, en cuanto estas plataformas se hicieron parte de la vida cotidiana de las empresas y los usuarios, inmediatamente me volvió a la cabeza. De hecho, la tengo incluida en mi seminario sobre personal branding.
Sin más preámbulos, os dejo la leyenda del orfebre y el aprendiz, no sin antes pedir disculpas por anticipado si no me la acuerdo exactamente. Intenté sin éxito encontrar una referencia escrita en Internet.
Cuenta la leyenda que un día, un aprendiz de orfebre estaba en el taller de su maestro, agobiado porque la familia no quería que se dedicase a ese oficio. El maestro, que sabía de sobra la valía de su alumno, sin mediar palabra le dijo:
– «Toma este anillo y vete al mercadillo del pueblo. Pero no lo vendas por menos de 20 escudos».
El chico hizo lo que le dijo su maestro y al cabo de unas cuantas horas, volvió al estudio del joyero.
– «Maestro. He intentado vender el anillo. – dijo el alumno – Pero no me han ofrecido más que 6 escudos, el que más».
Sin dejar que el alumno se siente, el Maestro ordenó:
– «Ahora vas a ir a las otras joyerías del pueblo, pero; por mucho dinero que te ofrezcan, no vendas el anillo por nada del mundo».
Al cabo de una hora, el chico atravesó la puerta del taller gritando emocionado.
– «Maestro, Maestro ! No lo puedo creer ! Me han llegado a ofrecer hasta 200 escudos por el anillo ! Qué es lo que pasa? No entiendo nada».
El viejo orfebre, apenas insinuando una sonrisa, hizo sentar al chico y le dijo:
– «En la vida, es casi tan importante lo que sabes, como saber dónde mostrarlo. Por mucho que valgas, habrá gente que nunca sepa apreciarlo».
Cuando hablamos de la importancia de la estrategia, de elegir bien las palabras clave, de saber cuánto pagar por una campaña de Google Ads, o qué red social elegir para la presencia de tu empresa; acaso no estamos hablando de esto?
Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.
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