El marketing a 2x no mola. Ni funciona

Según el libro “Sapiens” de Harari una de las razones por las que estamos inmersos en este deterioro medioambiental es a causa de la velocidad a la que el hombre llegó a la cima de cadena trófica.

El planeta se “acomodó” a todos sus grandes depredadores a lo largo de su historia y ofreció contrapesos de equilibrio a lo largo de millones de años.

Con la humanidad, sobre todo después de la Revolución Industrial, este impacto se produjo en apenas 200 años. Una velocidad inusitada a la que es imposible reaccionar. Incluso para un “ser vivo” como La Tierra.

Uno de mis grandes logros de friki es poder explicarle la Teoría de la Relatividad General de Einstein a cualquier persona. Sobre todo, después de ver Interestellar.

Para decirlo de manera resumida, Einstein dijo que: si viajas en una nave que se mueve muy rápido, cuánto más te acerques a la velocidad de la luz, más lento pasará el tiempo para ti. O lo que es lo mismo: si pudieras viajar 50 años al 99% de la velocidad de la luz (al 100% no se podría), en la Tierra habrían pasado 354 años.

De un tiempo a esta parte, siento como que la mayoría de la humanidad está intentando viajar a la velocidad de la luz. Comprando tiempo y acelerando procesos. Aunque se quede quieto en la Tierra.

Diréis que ya estoy mayor (o viejo), pero no le veo el sentido a escuchar un podcast o ver una serie a 2x. Ni siquiera a 1.5x.

Si me tomo el tiempo para leer un libro, escuchar música o ver una película, quiero verla y disfrutarla en su plenitud.

Pero aunque convengamos que esto cada vez es más frecuente, en el marketing pasa desde siempre.

  • Empresas y personas comprando fans en redes sociales para llegar a X número.
  • Canales de YouTube comprando visualizaciones.
  • Apps comprando descargas.

Y un larguísimo etcétera. Todo por lo mismo: por intentar “acelerar” un proceso natural que lleva un tiempo que pocas veces (o ninguna) se puede acortar.

El precio que se paga por estos “viajes” ya los conocemos: suspenciones de cuentas, bajísima interacción, degradación de la reputación…

Ahora que todos somos entes casi 100% digitales, vemos con un poco de nostalgia los cafés en la oficina o con amigos; simplemente dejando pasar el tiempo.

Mi amiga y socia Jezabel, cuando un cliente se pone pesado con los plazos, repite frecuentemente: “9 mujeres no hacen un bebé en un mes”.

Las cosas tienen un proceso, una maduración una decantación natural.

Los vinos en España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, tienen un muy buen sistema de clasificación por tiempo de maduración y embotellado.

Un vino joven es del año. Un crianza tiene al menos 24 meses, de los que pasa de 6 a 12 en barrica y el resto en botella y un reserva tarda en producirse, como mínimo, 3 años. 12 meses en barrica y el resto embotellado.

Por último tenemos los vinos gran reserva, donde el periodo de crianza es de 5 años de los que pasa al menos 18 meses en barrica.

Mi amigo Eladio Aráiz, dice que “el vino es tiempo embotellado”. Y el marketing debería serlo también.

Deberíamos contemplar al menos 6 meses de campañas de branding antes de lanzar campañas de conversión.

Tendríamos que tener un plazo mínimo de tráfico orgánico antes de lanzar cualquier campaña.

Todo así, en condicional. Hoy el cortoplacismo es lo que manda. Y con la pandemia, esto no hizo más que acelerarse.

No digo que no lo entienda. La situación es complicada. Lo que deseo es que podamos, como profesionales, tener y tomarnos el tiempo necesario para que esto no nos impida ver más allá. Estableciendo estrategias con sus plazos y sus pasos.

Aunque casi nunca se respeten…