Malas noticias. El gen digital no se hereda

Así es amigos. Terribles noticias para aquellos que tenían la esperanza de que en sus hijos aflorase el gen digital que en el caso de ellos, resultó ser recesivo y no se manifestó.

Llevo casi tantos años de profesional como de docente. Primero de sistemas de representación gráfica, un tiempo de tipografía y luego de diseño y marketing online desde hace más de una década.

Al igual que me ocurría (y me ocurre) a mi, los cientos o miles de alumnos a los que he tenido el privilegio y la responsabilidad de enseñar, siempre caímos en algún momento de nuestra formación, en la desesperación por no poder incorporar todos los conocimientos que creemos necesarios para mejorar nuestras cualidades o certificaciones.

Sin embargo, en el ámbito empresarial esta impaciencia motivada por la imperiosa necesidad de observar algún resultado, se vuelve nuestra peor pesadilla.

Cada día intentamos empaparnos de todo lo que se publica, se emite o se cuenta en los círculos profesionales relacionados con nuestra temática. Y con mejor o peor resultado de retención; incorporamos ciertos porcentajes más o menos decentes de detalles.

Sin embargo, con todo lo relacionado con el marketing online o lo digital en general; no podemos. No hay caso. No es para nosotros y jamás podremos subirnos al tren de alta velocidad que significan todas estas «frikadas» que todo el mundo dice que son el futuro.

Te voy a dar varios consejos. Pero el primero y más importante es que dejes ir ese tren.

Así es. Olvídalo. Saca el pañuelo y saluda a los que se van. Eso si, no sacan sus brazos por la ventanilla para saludarte. Están mirando hacia abajo. Hacia sus móviles. No vaya a ser que se pierdan el último meme de moda.

De momento, no venimos con un chip digital. Y nadie a la fuerza puede metértelo en el cerebro. Por eso fallan la mayoría de los cursos de marketing online. Porque empiezan por la técnica, sin preocuparse de la base. Y es que a esa persona no le gusta la parte técnica. Es más, le tiene pánico a la parte técnica. (Lee por favor esta newsletter de los chicos de Microbio: «Manolo Butterfly»)

Entonces como decía Sun Tzu en El Arte de la Guerra:

La mejor victoria es vencer sin combatir

Por lo tanto, no trates a la fuerza de entender algo que en este momento te resulta inalcanzable. No hay manera de meter el Chip 2.0 a la fuerza en la cabeza de nadie.

En lugar de eso, te doy unos simples consejos que le han funcionado al 100% de las personas que los pusieron en práctica.

Pierde el miedo

No hay forma de romper un ordenador experimentando en redes sociales. Los que somos «inmigrantes digitales», venimos de un tiempo en el que los ordenadores costaban miles de euros. Y había muchísimas maneras de meter la pata y cargarte el ordenador. Aunque sea de forma temporal.

Ahora, es casi imposible. Prácticamente todos, lo único que usamos es un par de programas y el navegador. Nada más. Salvo que pinches en todo banner que se mueva y llenes tu ordenador de virus o spywares, es muy raro por no decir improbable, que tengas que mandar tu máquina a la casa de tu cuñado informático o al técnico para que la arregle.

Por lo tanto, prueba, equivócate, vuelve a probar. Y probar y equivocarte mil veces. Eso si, hazlo con tu perfil personal. No arriesgues con tu empresa. Este también fue uno de los errores que más dolores de cabeza al principio de las redes sociales. Si no sabes, no entiendes, o no puedes; lee el siguiente consejo antes de meter la pata.

Pide ayuda (aka formación)

Parecen muy fáciles de manejar. Y de hecho, la parte técnica lo es. Pero como dije antes, de la parte técnica por ahora no te preocupes. Sin embargo, existen muchas otras cosas teóricas y prácticas que debes aprender antes. Sobre todo, para evitarte dolores de cabeza y ahorrar mucho dinero y tiempo posterior arreglando cosas mal definidas.

Aprender a definir un DAFO, armar un plan de publicación, preparar un plan de crisis, seleccionar tus palabras clave de monitorización …. Todo esto es infinitamente más importante que saber programar un tuit.

Genérate un hábito

Dicen los neurólogos que se necesitan 21 días para que una conducta se vuelva hábito y el cuerpo y la mente la asimilen. Por lo tanto, estructura tus actividades diarias y genérate un hábito. Pequeño al principio. Tal vez alcance con decir: «voy a leer la prensa y compartir al menos 2 noticias que me parezcan interesantes al día».

Este simple gesto hará que establezcas una conducta. Aunque no lo creas, también es uno de los defectos mayoritarios en los fallos de estrategias de pymes (y no tan pymes) en redes sociales. Mantienen una presencia sin constancia y por impulsos. Con lo cual, nunca logran constituir una comunidad sólida.

Obviamente, márcate unas pautas que sepas que si o si, vas a cumplir. Las trampas al solitario nunca funcionan.

Escribe tu historia

Como dice Andy Stalman en su libro BrandOffOn, el éxito de las marcas modernas no se basa en los productos que vende sino en las historias que cuentan.

Todas las empresas por muy chicas que sean, tienen historias para contar. Cómo comenzaron, las dificultades que sobrellevaron, los productos que lanzaron, las personas que trabajan en ella… Todo esto, es mucho más interesante que un listado de servicios fríos y que son iguales a otras millones de empresas.

Busca en el cajón de los recuerdos y empieza a contar tu historia. Si te crees la frase esa de «lo primero es el cliente», háblale de igual a igual y la relación que establezcas con él, incluso trascenderá al precio al que vendas tus productos. ¿Alguien dijo Apple en la sala?

Crea tu contenido

Una vez que tienes presente tu historia, puedes empezar a generar tu propio contenido. Esto te servirá para captar oportunidades en estadíos mucho más tempranos que la venta directa. Toda la atención que puedas atraer con tus contenidos, hará que luego, cuando una persona tenga una necesidad específica, te tenga presente a ti antes que a la competencia.

Todas estas estrategias es lo que técnicamente se conoce como Marketing de Atracción o Inbound Marketing.

Como puedes ver en el post enlazado arriba, también deberás determinar para qué sirve (formativo, entretenido, informativo, etc.).

Mide y mide. Y vuelve a medir

Cuando lleves un tiempo, aprenderás a interpretar la cantidad ingente de datos que se pueden extraer de las redes sociales, y sabrás determinar cuáles te valen para tus objetivos. Si no puedes extraer exactamente los datos que necesitas, de nuevo; pide ayuda. Porque seguramente existe la manera de extraer ese u otro dato similar con alguna herramienta que no estás contemplando.

Pero no te agobies con datos. Busca los que te interesen o te sirvan más y el resto tenlos como soporte para poder cruzarlos con otros datos más complejos.

Dirige la orquesta

Como dueño de una empresa, tú no deberías ser el único encargado de las redes sociales. Si tener una implicación directa, pero la gestión profesional lleva tiempo. Y estar pendiente de esto, te lo quitará para poder organizar los otros procesos. Si atiendes un restaurante por ejemplo, de nada sirve que seas un genio en Twitter, si tus camareros están atendiendo mal a tus clientes y nadie los corrige.

Mira tus redes desde la otra acera

Si piensas siempre antes de publicar: ¿yo pincharía en este enlace? ¿yo haría RT a este tuit? ¿yo pincharía en el «Me Gusta» de esta foto? Recuerda lo que te conté acerca de la utilidad del contenido que generas.

Como puedes ver, no escribí nada sobre tecnología, ni redes sociales. Como también dice el libro de Andy Stalman; la tecnología ya está al alcance de todo el mundo. Por lo tanto, no es una ventaja comparativa en si misma. Las personas que utilizan esa tecnología es lo que supone un diferencial a potenciar.

Quiero terminar con una frase de Bill Tikos que resume esta entrada

If it´s important, you´ll find a way. If isn´t, you´ll find an excuse