La única crisis que paraliza

6 de la mañana en la ciudad medieval de Vilanova i la Geltrú, España. Aún están encendidas las luces de las calles, pero Jordi ya abrió hace media hora la cortina de su pequeña panadería artesanal.

Aparta una bandeja de unos apetitosos pasteles que acaba de sacar del horno para hacerle una foto con su móvil. En unos segundos, la estará publicando en Twitter.
A las 6:30, Claudia apaga la alarma de su móvil y se dispone a comenzar su día de trabajo. Mientras se cepilla los dientes, con la otra mano revisa su timeline hasta que se detiene en la foto de los pasteles de Jordi. Pincha en Me Gusta, le regala un retuit y se pasa a WhatsApp.

“Jordi, guárdame 2 por favor. A las 7:15 estoy ahí”.

“Sin problemas, apartados. Un beso, guapa”.


Se acerca la hora de la comida y la reunión que estaba prevista para durar 45 minutos, va por una hora y media y contando. Daniel ya estima que se tendrá que quedar a comer en Valladolid. Abre la aplicación de su móvil y cambia el horario de sus billetes de regreso a Madrid. Antes de volver a bloquearlo, lanza una pregunta a sus casi 6000 seguidores: “¿Algún restaurante recomendado en Valladolid para comer con las 3 B?”. No pasan más de 30 segundos cuando tiene 2 notificaciones. Una de ellas, del pequeño restaurante céntrico, Le Bistró ofreciéndole un menú degustación para ese mediodía por un precio realmente competitivo.


Son las 5 de la tarde cuando le confirman a Sofía que a primera hora de la mañana siguiente tendrá que estar en Barcelona. Falta poco menos de una hora y tiene que llegar desde Móstoles a Atocha para coger el último AVE a la ciudad condal. Sin dejar de ponerse el abrigo, mientras baja por el ascensor abre Google en su móvil y teclea “Taxi Móstoles”. Inmediatamente, un anuncio patrocinado con una extensión de llamada, le ofrece la posibilidad de llamar inmediatamente simplemente por pulsar sobre el anuncio. Con 15 minutos todavía para que salga su tren, disfruta de un café en la estación.


Agobiado por no saber que libro regalarle a una amiga, Mario pregunta en la página de Facebook de la librería Canaima de Gran Canaria opciones para quedar bien para el Día del Libro. Otra fan le recomienda «El halcón y el hombre de la nieve», de Robert Lindsey; difícil de encontrar hace mucho tiempo.

Antonio, el dueño de la librería se encuentra de viaje en Madrid y les responde que no lo tiene, pero que revisará otras librerías aprovechando que está por la Capital. A las pocas horas le responde a Mario que no sólo encontró uno, sino dos ejemplares en una librería de segunda mano y que le han costado poco más de 5 euros. Y que se los regalará a su amiga y a la fan que se lo recomendó, el Día del Libro.

Como habréis podido comprobar, ninguna de estas acciones está sacada de una película de ciencia ficción. Todas son historias reales. En ninguna interviene ninguna gran empresa o corporación de las que siempre aparecen cuando se mencionan casos de éxito en redes sociales.

La experiencia de Jordi y su panadería hoy está referenciada en multitud de blogs y portales de referencia en marketing online.

Alfonso, el Community Manager de Le Bistró, asistió a un montón de conferencias de referentes del sector, aprendió a monitorizar palabras clave relevantes para su negocio con Hootsuite y hoy, gran parte de las reservas del restaurante, las consigue gracias Twitter.

Ángel, el dueño del taxi de Móstoles, asistió a una sesión de Google Academy y aprovechó el cupón gratis de AdWords que le regalaron para probar si podía conseguir viajes a través de ese canal. Hoy, su presencia es estable durante todo el año en los anuncios patrocinados del buscador.

La acción de la Librería Canaima, que le costó a Antonio 5 euros, tuvo una repercusión publicitaria difícil de cuantificar por medios tradicionales. Blogs, periódicos, radios, podcast y revistas se hicieron eco de esta extraordinaria muestra de cercanía y atención a través de redes sociales.

Ninguna de estas acciones tiene detrás un gran presupuesto. De hecho, la mayoría son gratis. Lo que sí tienen detrás es gente con ganas de hacer las cosas de forma diferente. Personas que saben que el consumidor ha cambiado para siempre y que hoy tiene un dispositivo en la mano, que le permite estar conectado con el mundo las 24 horas del día. Emprendedores que ante esta situación, se han formado o han pedido ayuda a profesionales para poder adaptarse a esta realidad y sacarle provecho económico.

Hoy, como nunca antes, las pequeñas empresas con un poco de formación y mucha creatividad, pueden pelear de igual a igual con grandes marcas con enormes presupuestos. Contra la formación y la creatividad ninguna crisis puede competir.

Hoy, como nunca antes, aunque nadie te garantice el éxito, el marketing online te permitirá fallar más rápido y más barato que ninguna otra estrategia anterior.

Nota: Artículo originalmente escrito para la edición en papel de Marketing News.

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