El bueno, el feo y el malo. Y el cuñado.

A raíz de sendos post hablando de la «poca estima» que demuestran algunos por el trabajo de los demás de Eva Collado Durán y de Guillem Recolons, recupero y re edito un post mío de 2008.

Todos los que me han escuchado alguna vez, saben que me gusta utilizar metáforas e hipérboles para que el concepto que quiero transmitir permanezca más tiempo.

También sabéis que no me gusta quejarme (en exceso) de intrusismos. Es un mal endémico de casi todas las profesiones. Con diferentes grados de interferencia, eso si.

En mi caso, prefiero hacer notar que decenas de miles de seguidores en redes sociales no convalidan un grado o licenciatura en marketing o publicidad. Aunque muchos lo pongan en sus bios.

Estos días pudimos ver que algunos como Anna Allen, incluso van un poco más allá de lo normal con tal de creerse más de lo que son.

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