10 costumbres de Twitter que puedes ir abandonando

Cuéntame. Cómo hemos cambiado

Las personas y las costumbres que desarrollan para su vida en comunidad, evolucionan con el tiempo.

Si esto pasa en el mundo real, en Internet este cambio es, muchas veces, agobiante. Lo que hasta ayer era «última tendencia» o «trendy», que queda más fashion, hoy no sirve para nada. Y no sólo que no sirve, sino que demuestra que estás «out».

Como siempre destaco, estos consejos son en base a mi «prehistórica experiencia» desarrollando y gestionando campañas en redes sociales, que ya va casi por los 6 años. Son discutibles, criticables y debatibles. Siempre desde el respeto a la pluralidad y a la comprensión de que como es mi blog, escribo lo que se me canta 🙂

Como resultado de esa experiencia, estas son las costumbres que he detectado que un momento fueron Top en Twitter, pero que hoy no valen para nada.

1. Complejo de Robin Williams en Good Morning Vietnam

En otras palabras, «El saludero mañanero». Así, al aire. No un «buenos días @fulanito», que sería ridículo también, pero por lo menos dirigido a alguien. Este no, toooodos los días, lo primero que hace al levantarse, antes de cepillarse los dientes, es mandar un tuit diciendo «Buenos días, mundo tuitero». Tío, si no tienes a nadie más a quien saludar, adopta un perro, pero no nos aburras más.

2. El agradecido meloso

Está bien lo de ser agradecido. Ya lo dice el refrán «Es de bien nacido, ser agradecido». Pero no hace falta agradecer toooodos los RT que te hacen. En todo caso, selecciona algunos más relevantes y si te siguen, mándales un DM. De la otra manera, ensucias tu timeline con referencias a usuarios que no le interesan nada al resto de tus seguidores.

3. El Instagramer compulsivo

Se enteró de la funcionalidad de los hashtag hace 2 días (o dos años) y #no #hace #otra #cosa #que #poner #hashtags. ¡ Hasta en la Bio tiene hashtags !

Como dice un amigo: si en tu tuit se ve más azul (o el color que tengas configurado los enlaces) que negro, mal asunto.

4. El que no tuvo abuela

Este es especialmente molesto. Publica un artículo en SU blog y lanza un tuit con el artículo y al final pone «vía @élmismo». Si, ya se que sí alguien más retuitea el tuit original se llevará tu usuario y tendrás más menciones. Pero para los que llevamos un tiempo en esto, eso solo tiene un nombre: el colmo del ombliguismo.

5. El caza followers

Te sigo, me sigues, me dejas de seguir. Y su vertiente inversa que es peor. Me sigues, no te sigo, me dejas de seguir, me vuelves a seguir, no te sigo, me dejas de seguir. Y así, hasta el infinito y más allá.

No hace falta que diga nada más. Se califican solos.

6. El mendigo de RT

¿Tan inseguro estás de tu contenido que tienes que ir mendigando RT a todo el mundo? No te preocupes que sí tu artículo es bueno, ya me encargaré de difundirlo sin que estés dando la chapa todo el día con el «RT, porfaplis». Al contrario, cuanto más me lo pidas, menos voy a retuitear tus contenidos.

Esto te pasa por hacerle caso a las infografías cuquis yankis que dicen que pedir RT funciona mejor un tropecientos millón más %. Pues será en la tierra de Obama. Aquí NO. Y punto.

Solo hay una sola excepción a esto. Las causas benéficas. Ahí, pídeme lo que quieras que estaré para apoyarte.

7. El o la falsa groupie tuitera

Sólo hay una cosa más desagradable que los mendigos de RT. Los mendigos de RT que mencionan spamísticamente a todos los famosos para que les hagan un RT.

Y lo peor de todo es que como el 90% de los famosos no tiene ni puta idea de cómo usar correctamente Twitter, cae en este juego.

A ver famosete, mira su cronología y date cuenta que no eres especial. Que mencionó a todo el elenco de «Sálvame» y “Punto Pelota” antes, hasta que tu caíste. Pardillo…

8. El antónimo de Richard Kimble

Al contrario de lo que ocurría con el protagonista de la película “El Fugitivo” a estos personajes les encanta que los sigas. Tanto, que al segundo tienes un DM robotizado agradeciéndote.

Si por lo menos usases esa neo forma de spam para darme información valiosa, vaya y pase. Que tampoco. Pero para un frío, impersonal y apestoso mensaje automático; ahórrate la vinculación con esa aplicación.

9. El conector

Casi los habíamos erradicado por eso de que en Facebook no había hashtags. ¡ Y zasca ! Va Facebook y mete los malditos hashtags. Ahora ya no tiene excusas para quitar la vinculación automática de Facebook y Twitter. De vez en cuando se le cuela un “Gracias por el RT @fulanito” en Facebook, pero para él es un “mal menor”.

Pero los hay peores. Los que hacen 5 chekings por hora en Foursquare o sacan 14 fotos en Instagram y las mandan toooodas a Twitter.

Para algo todas estas herramientas, tienen la opción de “apagar” temporalmente esta vinculación. Úsala, ¡ POR FAVOR !

10. El asaltador de hashtags

Si por lo menos mostrases tías medio en pelotas, tal vez lo aguantaríamos. Pero meter tu publicidad colándola con fórceps en cualquier trending topic mierder, no sólo es perjudicial para tu empresa. Da vergüenza ajena.

Obviamente que yo (y casi todos) he caído en estas y otras muchas costumbres. Pero como dije, creo que están absolutamente superadas y que dejan muy mal parada a tu empresa o ti mismo de cara a usuarios que ya llevan un recorrido en la red social del pajarito.

Tener una presencia estratégica en redes sociales también implica estar al tanto de estas “netiquettes”. Por eso es que aún los casos de éxito integrales se cuentan con los dedos.

Y tú, ¿qué costumbre tenías y abandonaste?

Foto credit: RTVE